VALENTÍN LETELIER MADARIAGA

Auténtico representante del Humanismo Laico, cuyo pensamiento fue acogido en Chile, contribuyendo a la Laicización de las instituciones, considerado como el “Sabio de América”. Nació en Linares y sus restos mortales descansan en una cripta en el frontis del Liceo, que lleva su nombre, que fue el lugar donde estuvo su casa paterna.

Su Curriculum es impresionante. Político (perteneció al Radicalismo), educador, filósofo, sociólogo, periodista, diplomático, Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, Rector de esa Universidad por dos períodos, parlamentario, escritor y Fiscal de Cuentas del Estado (organismo antecesor de la Contraloría General de la República).

Sobresalía  por su talento y visión de futuro, llegando a decirse que poseía un “cerebro de oro” y al proyectarse su ideario, fue considerado como el “Sabio de América”.

Ideas avanzadas

No es de extrañar que sus ideas y doctrinas transformaran el pensamiento sobre la educación y sociedad chilena e influyeran poderosamente en las leyes sociales y en el rol que el Estado asumió durante el siglo XX, promoviendo el progreso del país, muchas de las cuales siguen vigentes.

Fue el autor del lema “Gobernar es Educar”,  el que fundamentó ante el Presidente José Manuel Balmaceda en un discurso pronunciado en 1888, en un acto de entrega de Títulos en la Universidad de Chile, que significó posteriormente la creación del Instituto Pedagógico (hoy Universidad Metropolitana de las Ciencias de la Educación)  y que más tarde Pedro Aguirre Cerda, lo hiciera suyo en su gestión de Gobierno.

En 1874 se declara partidario del Estado Laico, cuando en Chile se discutía sobre las “cuestiones teológicas” y abogaba por el Estado Docente, cuyas tesis se concretaron en legislaciones y en 1925 en la Constitución Política, con la Separación de la Iglesia del Estado, que impulsara el Presidente Arturo Alessandri Palma.

Su pluma culta y la solidez de sus ideas, vertidas en la prensa, abrieron un amplio debate en el país, muy difíciles de contradecir, ganándose prestigio y adeptos, como también de detractores. En su tiempo fue un personaje polémico, por sus principios racionalistas y adhesión hacia el positivismo.

Padre de la Educación

Actuó siempre con energía y decisión. Crítico sobre la forma oligárquica de gobernar, asumiendo con pasión la causa de los pobres (hoy llamados vulnerables) y en contra de los sectores conservadores, exigiendo reformas sociales y denunciando la corrupción. Era más un ideólogo estudioso, que un líder. Diputado por Curicó y Talca y Secretario de la Embajada de Chile en Alemania, en cuyo país estudió a fondo su sistema educativo, como las nuevas concepciones pedagógicas allí imperantes, las que se aplicaron en Chile, en la formación de los Profesores que egresaban del Instituto Pedagógico, ganando sus egresados un merecido prestigio

En 1892  publicó su obra “Filosofía de la Educación”, la que tuvo  una influencia decisiva en la transformación y modernización del sistema educativo chileno, lográndose importantes avances en la excelencia de la enseñanza, especialmente en la Secundaria.

 

 

Rector de la U. de Chile

Desempeñó la Rectoría de la Universidad de Chile entre 1906 hasta 1913, a la cual accedió por su prestigio y valía intelectual, efectuando una profunda reforma en 1909, desarrollando la investigación, la experimentación y la extensión universitaria. Por críticas a su gestión, provenientes de los sectores conservadores, renunció a su cargo, el que fue rechazado por el Claustro Pleno y repuesto en la Rectoría e impulsando las reformas que la Universidad necesitaba.

Tuvo cercanía con los estudiantes universitarios, en cuyo medio contaba con el respeto y admiración de ellos, a quienes hizo partícipes del proceso de reformas, autorizando y apoyando la formación de la Federación de Estudiantes, la que se ha mantenido en el tiempo, siendo una de las instancias donde se han formado los líderes políticos y sociales del país.

 

Convención Radical de 1906

Fue ideólogo del humanismo laico que tuvo el Partido Radical, triunfando su tesis del Socialismo Democrático en la memorable Convención de dicha colectividad en 1906, abogando por la “causa de los pobres”, imponiéndose en intensos debates doctrinarios sobre la tesis liberal, sustentada por el líder y Senador Enrique Mac Iver Rodríguez.

Está la coincidencia que tanto Mac Iver como Letelier, además de pertenecer al mismo Partido Político y a la Orden Masónica, ambos tenían sus raíces familiares en la Región del Maule (Mac Iver era oriundo de Constitución).

A partir de 1906 el radicalismo marcó su crecimiento, hasta convertirse en la primera fuerza política, formadora de la clase media, accediendo a ella los sectores modestos, siendo la educación una de las vías que defendió e impulsó en todas sus modalidades y alcanzando la Presidencia de la República, en forma consecutiva con Pedro Aguirre Cerda, Juan Antonio Ríos Morales y Gabriel González Videla.

Según sus biógrafos, su pensamiento no puede definirse como “socialista”. Letelier fue partidario de una “legislación social”, de respetar la propiedad privada y contrario a la lucha de clases.

 

Sus obras

Su obra es vastísima, contenida en la prensa, revistas, ensayos y libros, donde vertía su pensamiento y tesis doctrinarias, como en materias referidas al Derecho, la Sociología, Filosofía y Educación, constituyéndose en la lectura obligada en los círculos intelectuales y universitarios.

Entre sus libros están “La Tiranía y la Revolución” (1891) donde analizó las causas de la Revolución de ese año e instaba a restablecer la normalidad, habiendo sido opositor del Presidente José Manuel Balmaceda; “Los Pobres” (1896), sobre las causas que llevaron a formar los Partidos Obreros o Socialistas, debido a las desigualdades políticas y sociales existentes; “La Lucha por la Cultura” (1895); “De la Ciencia Política de Chile” (1886); “La Ciencia del Derecho Administrativo” (1894); “La Evolución de la Historia” (1900); “Filosofía de la Educación” (1892); “Génesis del Estado y sus Instituciones Fundamentales” (1917) y “Génesis del Derecho y de las Instituciones Civiles Fundamentales” (1919).

Su Memoria para optar al título de Abogado versó sobre “El Poder Municipal o la Descentralización Administrativa” (1875), donde abogaba por la autonomía de las Comunas y Provincias. Sus ideas fueron recogidas en la Ley Orgánica de las Municipalidades de 1891, creándose la Comuna Autónoma, modalidad que imperó en Chile y adoptada por varios países de América.

Tuvo la misión de recopilar las Actas del Congreso Nacional entre 1811 a 1845, publicadas en 1886 a 1908, empastadas en 37 tomos. De esta labor se dejó constancia “que nadie, aparte de Letelier, habría sido capaz de realizar tan magna empresa, pues se habría requerido para ello a otro Andrés Bello”.

 

Sus orígenes

Descendiente del marino y comerciante francés Tomás L”Hotelier, afincado en Constitución donde formó su familia, cuyos descendientes se esparcieron por varias ciudades de la zona central, entre ellas Linares.

Nació en esta ciudad el 16 de diciembre de 1852 y falleció en Santiago el 20 de julio de 1919, a la edad de 67 años. Sus restos fueron velados en el Salón de Honor de la Universidad de Chile y su deceso fue motivo de hondo pesar y sus funerales una masiva demostración de reconocimiento de altas autoridades, el Parlamento, la Universidad, la intelectualidad, especialmente entre el Profesorado, Alumnos y Ex – Alumnos, de lo cual dejó constancia la prensa.

Su casa paterna estuvo en calle Lautaro, entre Colo Colo y la Avenida que lleva su nombre, en la entrada del Liceo “Valentín Letelier”, donde se encuentra la cripta que contiene sus restos mortales, traídos a Linares en 1994 con motivo del Bicentenario de su fundación, con el Epitafio de “Padre de la Educación” (en su visita a Linares el 24 de marzo de este año, el Gran Maestro de la Gran Logia de Chile Luis Riveros Cornejo, ex – Rector de la U. de Chile, le rindió su homenaje frente a la cripta).

A solicitud de la “Sociedad Linarense de Historia y Geografía” que presidía Julio Chacón del Campo y siendo Ministro de Obras Públicas Ernesto Merino Segura (linarense y ex – alumno del Liceo), se dispuso que allí se levantara el nuevo edificio del Liceo de Hombres, el que fue inaugurado el 17 de junio de 1956 y que lleva el nombre distintivo de esta ilustre personalidad, a contar del 2006 (anteriormente se denominaba “Juan Ignacio Molina”).

Contrajo matrimonio con la distinguida dama de la sociedad copiapina Mercedes Beatriz Matta, hija del poeta y diplomático Guillermo Matta, con quien tuvo una hija, Beatriz de gran hermosura. Entre sus contemporáneos, comentaban  anecdóticamente, que “esa era la mejor obra de don Valentín”.

 

Opiniones

Mucho se ha escrito sobre Letelier, especialmente con motivo del Centenario de su nacimiento en 1952, fecha en que la Universidad de Chile le rindió un homenaje en su Salón de Honor, destacando su personalidad, trayectoria universitaria, como hombre público y su legado en libros y escritos. En esta ocasión estuvo presente el Alcalde Linares Alberto Camalez Candelón (Conservador), especialmente invitado por la Universidad; quien con su voto en Sesión Municipal decidió que la Avenida de “Las Delicias” pasara a llamarse “Valentín Letelier”, acogiendo la solicitud de la “Sociedad Linarense de Historia y Geografía”,  ante la oposición de su sector, dejando constancia de los homenajes que tuvo en esta ocasión, demostrando su amplitud de criterio (una de las características de dicho Alcalde).

La “Revista Linares”, dirigida por Julio Chacón del Campo, dejó constancia del Centenario de su Natalicio en 1952. En 1942 el Premio Nacional de Educación Roberto Munizaga Aguirre, en el Salón de Honor de U. de Chile, en su intervención dijo: “Valentín Letelier constituye un valor excepcional en el campo filosófico, sociológico y docente de Chile”.

Julio César Jobet, en su libro “Doctrina y Praxis de los Educadores Chilenos”, le dedica un capítulo.

El Decano de la Facultad de Filosofía y Educación de la U. de Chile Luis Galdames, en su Ensayo “Valentín Letelier y su obra” (1937), escribió en sus últimas líneas: “su actividad incansable, de la cual se palpan aun los resultados, lo coloca en el corto número de los preclaros hijos de América”.

 

Perpetua Memoria

Con su nombre distintivo se han designado Liceos en Santiago y en Linares. Una Avenida lo lleva en su ciudad natal. En Valparaíso hay una Radio F.M. En Cauquenes la Logia tiene su denominación. El “Club La República” instituyó la “Medalla al Mérito Docente”.

En la ceremonia de dejar sus restos, (con motivo del Bicentenario de la ciudad) sus descendientes que asistieron a ella, dejaron su Mandil y un ejemplar del libro “Filosofía de la Educación”, piezas que se encuentran en el Museo de Linares. El Historiador Jaime González Colville, quien se preocupó de traer sus restos mortales, con la colaboración de autoridades Municipales y de Gobierno de la época, es autor de una Monografía sobre esta ilustre personalidad.

El Diccionario Biográfico de Chile lo reseña entre los personajes destacados, al igual que en Internet. Muchas ediciones de la Revista “Linares” se refieren a él y a su trayectoria.

Por Raúl Balboa Ibáñez